Esta imagen de Machu Pichu, es real no ha sido alterada, solo deben
conocerse las condiciones, la fecha, hora exacta, y la posición del
observador.
SAQUE UD. SUS PROPIAS CONCLUSIONES...
PARTE VI
LA ABADÍA: PRINCIPAL RETIRO EXTERIOR DEL SEÑOR MURU
El 13 de noviembre
de 1955, Maha Chohan se refirió al Lago Titicaca, como también a
Shamballa, Luxor, Darjeeling y las Ciudades de San Juan diciendo que eran
los Retiros y Santuarios de
la Gran Hermandad Blanca. Claro está, hay muchos más a todo
lo largo y ancho del mundo.
El 12 de abril de 1957,
Sanat Kumara manifestó que todos los Retiros y Santuarios de
la Gran Hermandad Blanca habían sido elevados a una
vibración espiritual más alta junto con
la Hueste Celestial de
la Jerarquía. Esto se refería al Monasterio de
la Hermandad de los Siete Rayos en el Lago Titicaca.
Después de muchos años de servicio consagrado a la elevación de la
humanidad, este Retiro Interior de Aramu-Muru había alcanzado el Día
de la
Graduación Espiritual. Koot Hoomi Lal Singh (Maestro
Kuthumi) fue nombrado con el cargo de portavoz para todos los Retiros. La
acción de elevar los Santuarios mediante la autoridad de los Veinticuatro
Mayores de nuestro Sistema Solar permite ahora una mayor expansión del
trabajo entre la
Jerarquía
y los Retiros que actúan en el papel de agentes espirituales intermediarios
entre el hombre del mundo Exterior y los más altos Mentores. Esta es la
etapa final para preparar la llegada de Aquel que ha de venir.
En 1956, durante un
Cónclave de la Gran
Hermandad
Blanca, en cuyo curso se desplegaron los estandartes de todos los Retiros
Interiores, se resolvió que esos Retiros establecerían inmediatamente
Retiros Exteriores como nueva expresión de su servicio a la humanidad. Los
individuos elegidos que viajarían como peregrinos a los Retiros Exteriores
no serán los “escogidos de entre ellos” para salvar su forma física. Serán
reunidos para una misión divina pero no en un lugar seguro, porque el poder
del Espíritu Santo sustentará a Sus sirvientes en tiempo de catástrofe.
Anteriormente, los Retiros Exteriores constituían varios grupos en el mundo
Exterior que daban a conocer las palabras de los Maestros de las Jerarquía
por intermedio de reuniones, conferencias, publicaciones y todo lo demás.
Pero ahora se deseaba tener Retiros que no fueran tan secretos como los
Retiros Interiores, y sin embargo no tan identificados con el mundo del
materialismo como el que existía entonces en los Retiros Exteriores.
Se solucionó este problema
con el establecimiento de Retiros Exteriores autorizados por cada
Retiro Interior de
la Gran Hermandad Blanca, a los que se situaría cerca de
sus respectivos cuerpos gobernantes (Retiro). En estos Santuarios Exteriores
los Estudiantes de Vida seguirían un modo de vida monástico similar al de
los Retiros Interiores. Se alejarían del mundo para vivir en lugares de paz
y soledad, empero su alejamiento no sería completo porque enviarían informes
y realizarían viajes periódicos a otras tierras. Estarían más próximos a los
Retiros Interiores y a los Mentores de lo que nunca lo estuvieron antes. Era
necesario tomar esta decisión para estar preparados para la inminente
catástrofe y el eventual aterrizaje de los Maestros del espacio. Muchos años
antes, el hombre había puesto el mundo al corriente de la existencia de los
Maestros y de las Escuelas de Misterio estableciendo ciertas sociedades
metafísicas y grupos. Gradualmente, se hizo necesaria una asociación más
estrecha a medida que las Verdades empezaron a penetrar más profundamente en
la conciencia nacional de cada país de
la Tierra.
Los
Estudiantes de la Verdad
se aproximaban cada vez más a los diversos Retiros Interiores, con los
cuales estaban en relación mediante un Rayo, un Maestro. Ahora que se iban a
establecer los Retiros Exteriores muy próximos a los Interiores, tuvo lugar
otra etapa en el desarrollo. La próxima será el viaje final que realizarán
quienes están calificados en cuestiones del Espíritu para ir desde los
Retiros Exteriores al Santuario Interior. Esto es un indicio de que los
sucesos en la Tierra
están llegando rápidamente a su culminación. Cuando los hermanos de las
tierras del espacio interestelar aterricen, se verán frente al Remanente que
ha quedado, y dicho Remanente será reunido en las diversas ubicaciones donde
se hallan los Retiros Interiores de
la Gran Hermandad Blanca en la superficie del planeta.
1.
Los secretos y Verdades de
la más remota antigüedad serán revelados por primera vez al mundo exterior
de los profanos.
2.
Los Retiros
Exteriores ubicados cerca de los Santuarios Interiores recibieron la
autorización, y se hizo el llamamiento para que “vinieran de entre ellos”.
3.
En 1957 se resolvió
que todos los Retiros Interiores serían elevados a una nueva vibración en
contacto más estrecho con
la Jerarquía.
Aramu-Muru
(Dios Meru) anunció en
1956 a aquellos estudiantes del Mundo Exterior que
eran miembros de la
Hermandad de los Siete Rayos que había autorizado el
establecimiento de un Retiro Exterior en un valle oculto del Perú, y que
dicho Santuario estaría situado al norte del Monasterio, su cuerpo
gobernante, en el Lago Titicaca.
La Hermandad
tendría en adelante tres salidas para su servicio:
1.
El Monasterio,
Lago Titicaca (Retiro Interior)
2.
La Abadía, el Valle Oculto, Perú. (Primer Retiro
Exterior conocido con el nombre de Santuario Intermedio)
3.
Prioratos.
(Varios grupos no “traídos entre ellos” debido a que se los necesitaba en el
mundo del materialismo como agentes de distribución para las palabras de
la Gran Hermandad Blanca. Servirían en la calidad de
Retiros Exteriores Secundarios)
Como lo hemos mencionado
antes, unos pocos miembros de
la Raza Ciclópea no abandonaron
la Tierra cuando el resto de sus semejantes lograron el
Universo Theta, permaneciendo en nuestro planeta debido a ciertas
condiciones kármicas que era preciso vencer; actuarían en el papel de
Mentores para los humanos que habrían de venir.
El 12 de abril de 1957,
día en que Sanat Kumara informó que todos los Retiros Interiores y
los Santuarios de
la Gran Hermandad Blanca habían sido llevados a un nivel
superior de vibración espiritual, los Cíclopes que habían permanecido en
la Tierra, estuvieron por fin libres de unirse a su Raza,
la Raza de los Mayores o Eles. Por consiguiente
Aramu-Muru pudo dejar su posición de Superior Espiritual (Abad) del
Monasterio. Seguiría siendo Maestro Instructor de
la Hermandad desde una posición más alta. Un tal Hermano
Juan (Maestro Juan) fue nombrado para llenar el cargo vacante de Abad
del Monasterio. Así, ya no había más Cíclopes en
la Tierra en forma física. Todos ellos habían, por último,
logrado y aprendido el gran secreto del Grado Noventa de Cambio de Fase y
pasaron al Universo de
la Atemporalidad.
Después que el Señor
Muru hubiese regresado del cónclave de 1956, puso inmediatamente en obra
aquellos planes que resultarían en la organización del Principal Retiro
Exterior (Intermedio) tan pronto como fuera posible. Los miembros de
la Hermandad que estaban en el mundo exterior vendieron sus
posesiones materiales, abandonaron sus amigos y lugares de trabajo, y el 2
de diciembre de 1956 se pusieron en viaje para Lima. Desde allí visitaron a
la mayoría de las ciudades del Perú y realizaron investigaciones en muchas
zonas montañosas poco conocidas con la esperanza de encontrar el valle
oculto, la futura sede del Principal Retiro Exterior del Señor Muru. Los
Mentores los guiaron bien, pero algunos de los que habían venido se dieron
cuenta de su incompatibilidad con el Llamamiento y
la Misión y regresaron a los Estados Unidos. Otros
descubrieron el valle oculto y dieron comienzo al Trabajo que había sido
decretado en 1956 por
la Gran Hermandad
Blanca.
A los peregrinos les fueron
dadas varias señales para que pudieran reconocer su Retiro. En suma, éstas
eran las señales:
·
una zona de
magnífica belleza natural
·
un lugar de
paz y tranquilidad donde nunca se había derramado sangre
·
una ubicación
con abundante agua, clara, pura
·
una corriente
o río cercano
·
un lugar
donde las legumbres y los frutos pudieran crecer en un suelo no contaminado
con fertilizantes químicos
·
una tierra de
gente feliz, contenta, alejada del mundo exterior, y empero en él
En febrero de 1957
dos Hermanos de la Abadía
que habían venido de los Estados Unidos, estaban en una ciudad del Altiplano
a la que habían sido dirigidos por el Señor Muru. Sus Mentores les
dijeron que un hombre iba a ponerse en contacto con ellos para llevarlos
valle oculto. Unos pocos días después, apareció el hombre y viajaron con él
muchos kilómetros hacia el este cruzando los grandes pasos de los Andes
llenos de nieve, donde aullantes vientos barrían la desierta tierra.
Para ir al valle era
preciso seguir estrechas sendas montañosas donde los derrumbes son
frecuentes. ¿No se asemeja acaso a
la Senda Espiritual individual que es como el filo de una
navaja, lleno de azares mientras se viaja a través de la vida?
Para llegar al valle hay un
solo camino y éste es un estrecho sendero. Después de largas horas de viaje,
los Hermanos llegaron a un pequeño poblado situado en un repecho que
dominaba un fantástico precipicio. Por encima de ellos se destacaban en el
cielo las majestuosas cumbres cubiertas de nieve de los Andes. En el frío
poblado tuvieron que esperar largo rato mientras preparaban las mulas para
el descenso al valle oculto que estaba a miles de metros por debajo de la
diminuta aldea. Todos estaban cubiertos con gorros y ponchos de lana tejidos
por los quichuas, y por último empezaron el descenso bajo una fría y tupida
lluvia. El clima y el escenario cambiaron gradualmente. Era como si el
invierno se convirtiera en verano. La lluvia cesó … la temperatura era más
cálida, pronto se quitaron la ropa de lana y prosiguieron andando en mangas
de camisa. La nieve y el hielo que los rodeaban por doquier unos instantes
antes habían desaparecido, y los Hermanos sintieron como si vivieran en
realidad la historia del Horizonte Perdido.
Era, en verdad, Shan-Gri-La,
el valle escondido que estaba más allá de las preocupaciones de este caótico
planeta. Empero, era un lugar donde se podía realizar un gran trabajo en una
atmósfera pacífica, donde la sangre nunca había sido derramada, y donde los
quichuas, los descendientes del gran Imperio Inca del Sol, vivían
tranquilamente en su paraíso semitropical.
En el valle por doquiera
centenares de hermosas cascadas dejaban caer sus aguas por las paredes
rocosas y llevaban al valle la clara y pura agua de los grandes glaciares
andinos. Y había un ancho río de impetuosa corriente, bello de ver con su
serpenteante curso que atravesaba el valle en todo su largo como una
brillante hebra de plata.
Los Hermanos no tardaron en
enterarse que prácticamente todas las plantas podían crecer en el valle. ¡Un
lugar donde los productos de la zona templada crecían al lado de los
productos de las zonas tropicales! Maíz, frijoles, zapallos, mandioca,
guisantes, remolachas, zanahorias, lechuga, coles, papayas, mangos,
chirimoyas –un fruto fabuloso compuesto casi por un cien por ciento de
proteínas- papas, paltas, tomates, bananas, limones, naranjas, etc., crecen
en abundancia, y éstos son únicamente unos de los pocos frutos y legumbres
que se encuentran allí. La siembra se puede hacer todo el año y no se usan
ni fertilizantes ni pesticidas químicos; todo crece orgánica y naturalmente.
Los dos Hermanos de
la Abadía reconocieron instantáneamente este valle como la futura sede del
Principal Retiro Exterior del Señor Muru.
Los Hermanos abandonaron el
valle escondido a desgana, porque la atmósfera de paz que se respira en ese
lugar es poderosa e inolvidable. Imaginad, si podéis, los estrechos y
serpenteantes senderos de mulas que nunca conocieron las brutales ruedas de
los modernos vehículos, la tropilla de llamas, siempre pintorescas con los
hilos de brillantes colores que son las “marcas del dueño” en las orejas de
los animales, los amistosos quichuas que esperan la aparición de sus
reencarnados antepasados incas, cuando serán llevados otra vez al nuevo
Imperio Inca del Sol en un Amanecer de Oro sobre
la Tierra. Esas
gentes, aunque aisladas en el valle escondido, saben lo que ocurre hoy en el
mundo, y esperan pacientemente el retorno de Viracocha, el Gran
Hermano Blanco.
Los Estudiantes de Vida ya
han entrado en el valle y hay un hermoso edificio que alberga
la Abadía junto con el Scriptorium (Biblioteca) y el Templo
de Vida. Todas los Estudiantes siguen un Modo de Vida Monástico tal como la
dirige
la Gran Hermandad
Blanca. La Abadía
opera bajo la autoridad y la guía directa del Monasterio. Todos los miembros
pertenecen a la Orden
de Amatista, una Orden Iluminista de los Esenios. Sirven bajo el Séptimo
Rayo o Rayo Violeta (Púrpura). El nombre de los Incas es Intihuasi,
la Casa del Sol.
Las así llamadas reglas y
reglamentos son seguidos en
la Abadía para que todos los Estudiantes de Vida puedan
participar en el gran desenvolvimiento y experiencia espirituales.
La Hermandad no cree que seguir esta manera de vivir sea
necesario para la salvación, ni que tal rutina convenga a toda la gente. La
rutina fue desarrollada en
la Abadía para otorgar cierta Iluminación Espiritual a los
Estudiantes adelantados en la senda de
la Comprensión Cósmica. Las siguientes demandas se piden a
los Novicios que están a punto de entrar en el Principal Retiro Exterior del
Señor Muru, la Abadía
de la Hermandad.
El Estudiante de Vida que
pide entrar en la Abadía
debe, ante todo, buscar y servir
la Verdad, y llevar una vida limpia y recta. Ha de tener
una comprensión teórica de
la Gran Senda. No hay restricción alguna en cuanto a la
edad, el sexo, el estado marital, la raza, la afiliación religiosa, ni
tampoco la Hermandad
se interesa por el pasado de persona alguna., Lo importante es que el
Estudiante individual, en el momento de su petición, desee
la Verdad
sobre cualquier otra cosa. ¡No hay religión más elevada que
la Verdad!
El Estudiante debe percibir
y aceptar al Cristo Cósmico y creer que dicho Cristo vino en
persona como Dios para enseñar en
la Tierra y que el mismo Cristo retornará pronto en
persona.
“Simplificad simplemente”.
La manera de vivir en la abadía está muy bien definida por las famosas
palabras de David Thoreau. Esto tiene la mayor importancia en la vida
cotidiana.
Mientras que, en realidad,
no hay grados que puedan colocar a un Estudiante por encima de otro, en
la Abadía hay una clasificación designada para el Trabajo:
·
Aspirante
·
Novicio
·
Fraile
·
Monje
·
Prior (Prioresa)
·
Abad
(Abadesa)
El modo de vida esenio es
seguido por todos los Estudiantes. Hay periodos regulares de ayuno, de
meditación y de contemplación en
la Abadía. Los Estudiantes son mendicantes (monjes que han
pronunciado votos de pobreza).
La Sagrada Comida Comunal o Cena de los Esenios se toma
diariamente, y el Novicio recibe un Bautismo de Agua con inmersión completa
antes de llegar a ser Fraile, y el Fraile es ungido con Oleos Sagrados antes
de llegar a ser Monje de la
Orden.
Los Estudiantes se levantan
con el alba y regresan a sus cuarteles a la caída del sol después de meditar
en el Templo de la Vida.
Ningún narcótico (tabaco,
medicinas, etc.), ni estimulantes, como el café, el té o el chocolate son
usados en la Abadía. Se
toman ciertos tés de hierbas benéficas, empero. Ningún intoxicante, ni en
medicina o alimentos o bebidas es empleado. No se comen productos animales.
Todos los Estudiantes adhieren a un estricto vegetarianismo y los alimentos
se consumen en su mayoría crudos, y se comen en escudillas individuales de
madera. Se usa la miel pura. No se comen alimentos procesados, ni alimentos
envasados, ni alimentos químicos o blanqueados. Sólo se consumen los
alimentos que crecen orgánicamente, los alimentos naturales y éstos están
libres de veneno. La mayoría de los Estudiantes prefieren una dieta de
frutos naturales y de nueces. Nuestro cuerpo es el Templo de Dios. “No
matarás” y “vivir y dejar vivir” son los principios en que se basa la vida
en la Abadía.
·
Los hábitos
monásticos, si bien se llevan en
la Abadía, no son obligatorios. La ropa blanca o sin teñir
es llevada por los Estudiantes. No se permite el uso de ropa fantasiosa. Sin
embargo, lo Estudiantes que van en misión pueden llevarla.
·
No se
permiten ni las joyas ni los cosméticos. Esto incluye a los anillos de
esponsales y de matrimonio, pero no incluye relojes de pulsera, hebillas,
anteojos, etc.
·
Los
Estudiantes de ambos sexos llevan el pelo largo. Los hombres pueden llevar
la barba, si lo desean, pero no es obligatorio.
·
Perros y
gatos no se recomiendan.
·
Los niños,
sea cual fuere su edad, son bien recibidos en
la Abadía. Tienen un hermoso programa de estudios, de
recreo y meditación.
·
Se espera que
todos los Estudiantes sean capaces de sostenerse financieramente. Vivir en
el Perú no es dispendioso, y en el valle escondido lo es aún menos.
No se alienta a que vengan
al Monasterio a las personas que padecen graves dolencias físicas y
mentales. En el viaje al valle se pasa por lugares muy altos, y en el
recorrido hay regiones donde los rigores son tales que a algunos individuos
les sería imposible soportarlos. Dichas personas pueden ponerse al servicio
de la Luz de
Cristo en el lugar en donde están y guiar a las ovejas del Maestro hacia el
amanecer de la Nueva
Edad.
La unidad familiar es
conservada en la Abadía
puesto que las familias viven separadas del edificio principal en viviendas
privadas. Por lo tanto, la vida familiar es conservada, mientras que, al
mismo tiempo, todos los Estudiantes llegan a formar parte de
la Comunidad de
la Hermandad. Los hombres y las mujeres solteros pueden
compartir su cuarto con miembros de su mismo sexo si así lo desean.
La experiencia entera de un
Estudiante de Vida en la
Abadía, el Principal Retiro Exterior del Señor Muru, radica
en la iniciación hacia la iluminación física, mental y espiritual. Dicha
iniciación consta de : dedicación, purificación, disciplina, instrucción,
servicio. Ninguno será salvado por haberse unido a
la Abadía o por seguir la vida monástica de la
Hermandad. Sin embargo, son grandes las recompensas
otorgadas al estudiante individual en la forma de lecciones universales.
El Símbolo o Sello del
Monasterio es el de
la Rosa Encarnada cuyo color representa
la Llama de
la Iluminación.
Las Rosas encarnadas siempre simbolizan a los Mensajeros
de Aramu-Muru. Esta hermosa Rosa está superimpuesta en el Disco de Oro,
porque el oro representa los otros colores de
la Llama de Iluminación y, asimismo, el Disco Solar de Oro
de Mu.
El Símbolo o Sello de
la Abadía es el Disco Solar de Oro de Mu, con
Doce Rayos que se proyectan y que representan los Doce Planetas Interiores y
los Doce Planetas Exteriores de nuestro Sistema Solar. Los Rayos simbolizan
también a los Doce Señores. Seis de estos Rayos son más cortos que los
otros, porque seis es el número representativo del servicio mundial. El
antiguo ankh o crux ansata está superimpuesto al Disco Solar.
Esta era la Cruz
de Vida en el Antiguo Egipto y toma el lugar de
la Vida Eterna. Se emplea este símbolo porque el
Principal Retiro Exterior se ocupa activamente en demostrar al hombre
que en realidad nada muere. Por encima del ankh está el Ojo que Ve todo
del Uno Infinito que es
la Divina Luz
guiadora de todos los Retiros.
El Lábaro o Estandarte
de la Abadía
contiene un campo de púrpura que representa
la Orden de Amatista. Encima está situado el Disco Solar de
Oro, del cual se proyectan Siete Rayos que terminan cada uno en una Llama.
El Disco, claro está, representa al Disco Solar original de Mu que está
ahora en el Templo subterráneo del Retiro Interior, y también porque el
nombre quichua de la Abadía
es Intihuasi, Casa del Sol. Los Siete Rayos representan
la Hermandad
de los Siete Rayos y de las Siete Razas Raíces (Siete Subrazas de cada Raza
Raíz), pertenecientes a la evolución de
la Tierra. Las llamas representan
la Llama de Iluminación en el Templo de
la Iluminación. Este Templo, cobija también el Disco Solar
de Oro de Mu, y está ubicado en una cámara semejante a un sótano o vestíbulo
subterráneo cerca del Monasterio. Cada Jerarquía, cada Ser Ascendido y cada
Retiro Interior o Exterior o Santuario posee su propio símbolo o estandarte.
Como lo hemos dicho antes,
los Estudiantes individuales de todas las razas y credos van a reunirse
juntos en los Retiros Exteriores de
la Gran Hermandad Blanca, donde celebrarán un gran Congreso
espiritual y filosófico. Las investigaciones que se iniciaron en
la Abadía sobre los radiónicos, incluso un nuevo método que
da la fecha exacta del pasado y de los objetos del pasado, un verdadero
Verificador de Tiempo;
·
la nutrición
y la jardinería orgánica
·
la metafísica
·
la
lingüística
·
la
antropología y la arqueología
·
la
investigación histórica
·
la
investigación en el dominio de los ovnis y acerca de establecer contacto con
los visitantes del espacio que pertenecen a
la Confederación que, al presente, está ayudando
activamente a la
Gran Hermandad Blanca
·
el Sol y
la Energía Lumínica, el trabajo con los hijos de todas las
edades
·
los mejores
métodos de Meditación y Contemplación
·
las
investigaciones en botánica para descubrir nuevas plantas y hierbas
milagrosas
Los Jefes y las
Organizaciones más Destacadas de
la Nueva Edad
de todo el mundo fueron invitados a cooperar y compartir el intensivo
programa de la Abadía.
Si oís el Llamamiento, si
renunciáis a todo y venís al valle escondido, en verdad, un valle encantado
por los antiguos moradores de la tierra con el nombre de Lugar de las Flores
donde viven las Pequeñas Gentes de la leyenda, ¡venid, trayendo únicamente
vuestra alma!
PARTE VII
LA ORDEN DE
LA MANO ROJA
El Scriptorium del
Monasterio está
bajo la dirección de su Prior, el Hermano Felipe. Esta sala alberga
documentos y archivos, códices y pergaminos de las más grandes y más
antiguas civilizaciones del mundo. Roma, Grecia, Egipto y Babilonia, Creta y
China, Tibet y Troya, Atlantis, Mu y Admona, y aun antes. De bibliotecas
ocultas como ésta provendrán todos los Retiros Interiores de
la Gran Hermandad Blanca, la antigua y verdadera historia
de nuestro planeta y su gran revelación para el hombre moderno. ¡El hombre
se sorprenderá mucho cuando descubra cómo sucedió la historia en realidad!
Anteriormente, las fuerzas oscuras habían escrito la historia tal como
querían que se la interpretase.
La antigua Orden de
la Mano Roja ha trabajado a todo lo largo de la
historia de la Tierra
para conservar
la Sabiduría Secreta, el Conocimiento Arcano. Los miembros
de esta Orden son los guardianes del vasto depositario de
la Tierra que contiene tesoros más preciosos que el oro o
las gemas. Son ellos quienes poseen los secretos que son la herencia del
hombre en América del Sur.
El continente no fue
meramente una extensa zona colonizada en su costa Oeste por los Lémures, y
en la Este
por los Atlantes. Si bien es cierto que esas dos grandes civilizaciones de
los océanos Atlántico y Pacífico colonizaron parte de
la América del Sur, esto sucedió sólo unos pocos miles de
años antes de la destrucción final de las madres patrias. ¿Qué existía,
pues, en el gran continente sudamericano antes que la influencia cultural de
Atlantis y Lemuria dejara sentir su peso?
El 27 de mayo de 1957, un
antiguo secreto, sólo conocido otrora por los maestros más elevados, fue
revelado al mundo Exterior por intermedio de
la Abadía. Era justo que esta formación fuera dada
desde la América
del Sur donde los aconteceres que se relatan tuvieron lugar en el lejano
pasado.
La Gran Hermandad Blanca resolvió que había
llegado el momento de revelar dichos secretos en conformidad con las tres
decisiones de 1956. Este extraordinario secreto era que
la América
del Sur existía como la tercera gran civilización mundial junto a
Atlantis y Mu. No era tan sólo una colonia sino una civilización
por derecho propio, un Imperio Amazónico que estaba culturalmente más allá
de sus más famosos y conocidos vecinos en los océanos cercanos. Su
arquitectura era más magnífica, su ciencia brillaba más que las otras
mientras que su pueblo era físicamente el más hermoso de
la Tierra. De muchas maneras desempeñaba el papel de Mentor
para los reyes, sacerdotes y maestros de los dos mejor conocidos Continentes
Perdidos de la Tierra.
Era diferente de ellos
hasta en otro aspecto. Mientras que esos dos continentes se hundieron bajo
las aguas del océano, éste permaneció siempre por encima de las aguas,
cubierto por la densa selva, esperando ser redescubierto en una época en que
el hombre ya no padecería más el hambre del oro y no buscaría la riqueza
material de ese Imperio sino sus tesoros más nobles, la clave para una vida
más larga, el conocimiento que con el tiempo pondría el Universo a los pies
del hombre.
Empero, ¿no es acaso un
Continente Perdido? No habría diferencia alguna si estuviese bajo el agua,
por que escasos hombres han buscado sus verdades, y aquellos que lo hicieron
o bien han desaparecido en el Infierno Verde de la selva, o bien en el
olvido del Tiempo mismo. Ahora bien, en la plenitud de este tiempo,
la Jerarquía ha decretado que los “Lugares Secretos del
Altísimo” entregarán su conocimiento al “Remanente” que permanecerá en
la Tierra en los días que seguirán inmediatamente a la
catástrofe mundial. El Remanente mismo hará uso de la antigua sabiduría en
un Nuevo Mundo que será llevado otra vez a
la Hermandad Interplanetaria de nuestro Sistema Solar. La
humanidad proseguirá en verdad, su eterna marcha a través del Tiempo y las
Estrellas.
Los archivos de la historia
de Mu y de su caída, del destino de Atlantis y de los secretos
del iluminado Imperio Amazónico conocido en las leyendas con el nombre de
Paititi y de los cíclopes que llegaron a
la Tierra hace mil millones de años, y de los habitantes
del espacio interestelar, existen en cámaras especiales que están ocultas en
las grandes Ciudades Perdidas del inexplorado interior de
la América del Sur.
Si bien es cierto que
nuestros hermanos del espacio nos enseñarán muchas cosas en
la Nueva Edad, también nos dicen que es mucho mejor
recobrar el así llamado conocimiento perdido de
la Edad de Oro o Edad Saturnal de
la Tierra en que los hombres hablaban con los dioses y los
ángeles. Nos dicen que dicho conocimiento es nuestra verdadera herencia y
pertenece a los hombres buscadores de
la Verdad de
la Tierra. Es un Don Divino del Padre Eterno, y el Hijo
está ahora pronto para recibir su herencia. Por lo tanto no es menester
confiar únicamente en una gran inteligencia extra-terrestre, porque poseemos
nuestro propio conocimiento que nos ha de orientar y llevar al lugar donde
estaremos lado a lado con nuestros hermanos y hermanas planetarios. El
hombre puede buscar en los cielos de
la Tierra una guía en este momento, pero si desea el
conocimiento científico debe buscarlo en los lugares secretos, en aquellos
lugares donde la
Madre Tierra dará a luz un Conocimiento que ha protegido y
cuidado dentro de sí durante miles de años, y que no tardará en nacer en el
Mundo Exterior de los hombres. En verdad, ya empezaron los dolores del
parto.
La Orden de
la Mano Roja es tan vieja como el hombre en la
superficie de la
Tierra.
Por
doquiera, los arqueólogos encuentran dibujos de una mano pintada de rojo. Es
abundante en las paredes de las cavernas en toda Europa, en cuevas que
sirvieron de morada en la
América del Norte, y se la encuentra en muchas de las
paredes de los Templos Mayas en Yucatán, México. La mano misma es un símbolo
místico de mucha antigüedad, y los misterios que representa siguen
incorporados hoy día a las ceremonias secretas de las logias. Los
científicos se han preguntado por qué
la Mano Roja
está tan en evidencia entre los pueblos del mundo. Y debido a que no conocen
ni tienen una mejor explicación, dicen que es sólo la prueba de que los
antiguos eran buenos garrapateadores y muy inexpertos.
Mas, para vosotros que sois
Estudiantes de Luz, la
Mano Roja era y es mucho más que eso. Significa la
conservación de todo aquello que era y es bueno y verdadero, mientras que su
contrario, la Mano
Negra, significa la destrucción del Conocimiento Arcano
que se había acumulado durante tantos siglos. Por ejemplo, fue la fuerza de
la Mano Negra la que destruyó
la Biblioteca de Alejandría, pero fueron los esfuerzos de
la Mano Roja los que impidieron una destrucción total y
conservaron los documentos más importantes en cámaras ocultas de modo que
sólo las copias o los manuscritos carentes de importancia fueron devorados
por las llamas que había desencadenado César.
A los miembros de
la Orden de
la Mano Roja se los encuentra en muchos de los Retiros
Interiores y Escuelas de Misterio en toda
la Tierra, y fueron nombrados guardianes de los Lugares
Secretos del Altísimo. Esta antigua Orden tiene ahora a su cargo la
dirección del grupo expedicionario de
la Abadía. Muchos proyectos están en marcha, incluso las
investigaciones tendientes a redescubrir
la Escritura perdida de los pre-incas y del Imperio de
Paititi, la completa exploración y el trazado del mapa de
la Gran Muralla del Perú que es similar a
la Gran Muralla China y era absolutamente desconocida hasta
1931 en que se la descubrió desde el aire. Esta Muralla es mucho más antigua
que los incas o los chimus que los precedieron. El porqué de su construcción
y la historia que lo respalda son fabulosos. Otro proyecto tiene que ver con
el redescubrimiento de
la Energía Lumínica Solar usada por los pre-incas y
posteriormente por los incas, que los copiaron. Además hay otro proyecto que
se ocupa en el redescubrimiento de
la Capital Perdida del antiguo Paititi. Ya es
mucho lo que se hizo para que esto se realizara. Asimismo hay otros
proyectos que se ocupas que tratan del sistema de túneles subterráneos de
los antiguos pre-incas.
La Abadía recibió la ayuda de varias universidades
sudamericanas y museos y de hombres de ciencia que deseaban cooperar. Esto
es inestimable cuando se trata del mundo Exterior y así se pueden lograr los
mayores beneficios de los descubrimientos realizados.
Esto es, pues, en realidad
la búsqueda de la Mano
Roja, la búsqueda de
la Verdad, sobre el hombre y la razón por la cual el
hombre se halla sobre el Rojo Planeta Tierra, lo que debe aprender mientras
se encuentre allí, y adónde tiene que ir en
la Nueva Edad
que ahora despunta. Si bien, al principio, parece extraño, las Ciudades
Perdidas de la América
del Sur y los ovnis pertenecientes a los visitantes del espacio, están
interrelacionados, y los desempeñan un papel vital en esta obra de la
antigua Orden de la
Mano Roja.
PARTE VIII
LOS
MUNDOS PERDIDOS Y LA
LLEGADA DE LOS MAESTROS DEL ESPACIO
Hemos hablado ya del legado
que espera al hombre y que está escondido en las selvas sudamericanas, y que
está más allá de la imaginación más desaforada. En las antiguas cámaras de
archivos se encontrará el conocimiento científico que se empleará en
la Nueva Edad, los secretos de un pasado muy remoto serán
el incentivo que permitirá un magnífico desarrollo en un mundo renovado. Las
ciudades del fabuloso Imperio Amazónico, que antecedían otras civilizaciones
mundiales, pertenecen a otro Continente Perdido pero, a diferencia de
Atlantis y Mu, ese Continente no está sepultado bajo el océano,
sino tras kilómetros de Infierno Verde constituido por las selvas de
la América del Sur. Esas ciudades nunca estuvieron bajo las
aguas; por lo tanto sus archivos están bien conservados en su último lugar
de descanso en las vastas bibliotecas de la olvidada Paititi.
Incontables tesoros fueron llevados a Paititi por los científicos-sacerdotes
cuando supieron que tanto Lemuria como Atlantis estaban condenadas
definitivamente al olvido. Esta es la herencia que se encontrará en zonas
donde sólo se oye ahora la cháchara de los monos y el llamado de los pájaros
–todo el conocimiento de los tres más grandes imperios que ha conocido el
mundo.
A principios de junio de
1957, el Grupo Expedicionario de
la Abadía, bajo el mando de
la Orden de
la Mano Roja, se abrió camino a través de difíciles
pistas tanto a caballo, como a pie hasta
la Meseta de Marcahuasi de los Andes, donde encontraron un
Bosque Sagrado Perdido o Jardín de los Dioses en lo alto de
las montañas peruanas. Este extraño lugar es conocido por los descendientes
de los indios Huancas como la residencia de los hechiceros y de
los Dioses Gigantes.
En la parte más alta de la
gran altiplanicie había una enorme fortaleza de piedra en un extraordinario
estado de conservación. Esta fortaleza fue usada por los soldados incas
alrededor de 1350 D.C, época en que conquistaron a los huancas y
establecieron la ocupación militar en toda la región. Hay muchas chulpas de
piedras, tumbas funerarias en torno de la fortaleza, que fueron todas
saqueadas. Después de la muerte del Emperador inca Atahualpa en
Cajamarca, Perú, los españoles llegaron a Marcahuasi y destruyeron
los antiguos bultos que contenían las momias para satisfacer su codicia del
metal amarillo. Hoy, sólo quedan en cada tumba algunos huesos. Una antigua
cueva funeraria, a varios miles de metros por encima del valle, probó ser
muy importante porque contenía una tumba que no había sido abierta y que,
por algún milagro, no había sido aún violada. En su interior había gran
número de momias, pero el descubrimiento es insignificante si se lo compara
con las fantásticamente antiguas piedras esculpidas de
la Meseta de Marcahuasi.
Esa meseta está situada a
4000 metros por encima del nivel del mar, y está
cubierta por la bruma gran parte del año, pero entre los meses de mayo y
septiembre el sol brilla en todo su esplendor y es un lugar deleitoso,
aunque las noches son muy frías. Las numerosas y grandes piedras esculpidas
constituyen una importante clave para el descubrimiento de los antiguos
misterios del mundo. Aves y mamíferos desde leones y elefantes hasta
camellos y pingüinos que nunca existieron en
la América del Sur están tallados en tamaño gigantesco.
Todas las razas humanas fueron al parecer representadas y muchas grandes
cabezas de piedras se asemejan a las que se encontraron en
la Isla de Pascua en el Pacífico.
Muchas antiguas religiones,
fueron simbolizadas por hermosas y finamente esculpidas esfinges, rostros y
figuras de olvidados dioses y diosas. Las figuras son inmensas y de acuerdo
con los cálculos científicos se cree que fueron talladas por una raza de
hombres gigantes de al menos cuatro metros de alto. Aun no se conoce con
certeza si pertenecieron a
la Raza Ciclópea o no, pero la extraña cualidad
dimensional de las tallas es una indicación de que tal vez sea así.
Son muchas las leyendas que
existen entre los indígenas que viven actualmente en
la América del Sur –Los incas hablaban de gigantes,
también- que se refieren a gigantes rubios que otrora habitaron el
continente. No son estatuas o figuras gigantescas comunes, porque cuando la
luz del sol, o de la luna, cae sobre ellas desde cierto ángulo, se ven cosas
que es imposible verlas en otro momento. Los rasgos se modifican al
examinarlos en diferentes momentos, bajo diferentes condiciones y desde
diferentes ángulos. La mayoría de las figuras tienen tres o cuatro ojos pero
no importa desde qué lugar se las observa, siempre parecen tener únicamente
dos ojos. Si una persona no se sitúa en un punto de observación fijo,
determinado, no se ven las estatuas tal como estaban destinadas a ser
vistas. Por lo tanto, tuvimos que colocar las plataformas elevadas cerca de
las figuras que aquellos que las habían erigido destinaron a propósitos
observacionales.
Las figuras fueron talladas
en granito, pero la erosión las ha estropeado mucho. Empero, aún hoy día son
magníficas en su ejecución, y quita el aliento contemplarlas y pensar en sus
creadores. ¿Quiénes fueron esos gigantes? ¿De dónde venía? ¿a dónde fueron?
Hallaremos una respuesta a estos interrogantes gracias a nuestras
investigaciones en la
Abadía.
Las figuras cubren una
superficie de varios kilómetros cuadrados, y los informes que se recibieron
de otras partes de la
América
del Sur indican que se las puede encontrar en muchos otros lugares, si bien
no en tal estado de aislamiento ni en tal profusión como en Marcahuasi.
Hay varios altares que
fueron obviamente levantados para que los utilizaran criaturas gigantescas,
pero es aún más sorprendente el hecho que algo de ese mundo parece cernirse
sobre la meseta. Casi siempre se oye un sonido extraño, algo parecido a un
zumbido, que parece provenir de las figuras, y ese sonido no se debe a
causas naturales. Se siente que tiene que ver con algo que está más allá de
la capacidad de comprensión del hombre actual, una mirada a otra dimensión
del Tiempo y el Espacio. Cuando se toma una fotografía de la figura tallada
de un anciano y se observa el negativo, ya no parece más un anciano sino un
hermoso y vigoroso joven. ¿Quién pudo tallar la piedra de tal modo que
viendo una figura desde cierto ángulo las formas se modifican y arrojan
sombras en el valle, donde, a medida que la luz cambia, extrañas criaturas
se mueven como si estuvieran vivas?
Esa raza de
seres gigantes
empleaban objetos naturales que al parecer se asemejaban a animales
conocidos, y luego, tallándolos, realzaban el medio circundante. Resulta de
ello algo que parece haber brotado espontáneamente del suelo. Este era un
Bosque Sagrado donde nadie vivía, cuyo uso estaba reservado exclusivamente a
propósitos científicos-religiosos. La ciencia y la religión estaban entonces
unidas en la Verdad
como lo estarán otra vez en
la Nueva Edad. Es quizás el último Bosque Sagrado que ha
permanecido casi intacto y sin ser perturbado por el hombre moderno. Es muy
posible que Marcahuasi haya sido frecuentado por la raza que después
se llegó a conocer con el nombre de los Eles. Los indios de
la Huanca siguen venerando a Huari que en sus
leyendas desempeña el papel de Hércules –un gigante. Al parecer el recuerdo
de los gigantes sigue persistiendo en la mitología de los huancas y su Huari
debe de haber sido originalmente un gran caudillo de la raza de los
gigantes. Los huancas siguen celebrando extraños rituales en zonas
escondidas cercanas a la meseta, rituales que ningún hombre blanco pudo ver
nunca. Aún hace algunos años, los ritos se celebraban en Marcahuasi mismo.
El hecho más sorprendente
de todos los que fueron descubiertos por las investigaciones de
la Abadía
es que cuando estudiaron la serie de fotografías aéreas de la meseta
tomadas por el Gobierno Peruano, se vieron figuras definidas, gigantescas,
que sólo son visibles desde el aire. ¿Quiere decir que los gigantes
disponían de naves aéreas? ¿Eran esas figuras, vistas desde el aire, una
especie de señales o símbolos para las naves que llegaban del espacio
interestelar o de los planetas cercanos? Marcahuasi llegará a ser una
zona importante para las nuevas investigaciones que se relacionan con
la Raza Ciclópea
y con la llegada de los Maestros del Espacio.
Durante la primera parte de
julio de 1957, el Grupo Expedicionario de
la Abadía viajó hacia el este en dirección a la
legendaria Paititi. Se penetró en la extensa zona desértica al este
del Cuzco, la región del Río Alto Madre de Dios. La expedición tuvo que
hacer frente a muchas dificultades, pero esta aventura fue coronada por un
gran éxito. Los habitantes habituales de la selva se destacaban por su gran
número. Vampiros, jaguares, tapíres, hormigas gigantes, serpientes
ponzoñosas eran bastante molestas, pero no obstaculizaron el progreso de la
investigación en el territorio inexplorado que está cerca de las fuentes del
Río Sinkibenia. Se practicó la amistad con todas las formas de vida y
esto habrá tenido que ver con el hecho que la expedición tuvo escasas
dificultades con los animales si se tiene en cuenta los peligros de la zona
y el hecho que nadie estaba armado de un fusil.
Centenares de veces la
expedición se vio obligada a cruzar los peligrosos rabiones en los ríos de
rápida corriente, y con todo, se cubrieron más de
200 kilómetros a través de pantanos y espesos
matorrales que formaban un muro casi impenetrable mientras nos abríamos paso
con nuestros machetes. Cuando no había huella alguna, teníamos que andar por
el lecho de los ríos o por las orillas rocosas en el lugar donde las había.
No había posibilidad alguna de cruzar esa tierra desconocida en la estación
de las lluvias porque entonces los ríos son muy altos y una persona a pie
sólo puede recorrer una corta distancia.
Nuestro lugar de destino
era en los primeros días de julio de 1957 un grupo de montañas bajas que son
en realidad las últimas estribaciones de los Andes hacia el oeste. A la
distancia se asemejaba a un Mundo Perdido, un mundo que debía su fama a la
ficción, grandes colinas verdes ocultas por la bruma y la niebla, un mundo
que nos impresionaba por su majestad y misterio. Viajar a pie era difícil y
lento.
Esta tierra sea tal vez
desconocida para el hombre moderno, pero es una tierra que no fue olvidada
por su Creador, porque es magníficamente bella. Hemos venido a esta zona a
causa de las innumeras leyendas que corren entre las tribus sudamericanas y
que refieren que en algún lugar vecino a esa región hay una Ciudad Perdida
de Piedra de los Antiguos. El explorador español, Juan Alvarez Maldonado,
estuvo al mando de una expedición que se dirigió a la zona del Alto Madre de
Dios, en el siglo XVI, y buscó dicha ciudad. Empero nunca visitó la zona de
nuestro destino, porque era aún desconocida.
Hace unos pocos años, un
indio piro se encontraba en la misma zona buscando a su mujer de raza
machiguenga que se había escapado. En la serranía de montañas bajas que
estaban cerca de las fuentes de dos ríos desconocidos dio con un camino
pavimentado con piedras. Lo siguió hasta llegar a una gran ciudad de
magníficas casas, plazas y templos de piedra. Ningún inca ni español había
visitado esas ruinas. ¿Por qué? Porque
la Ciudad Perdida es una de las muchas que pertenecieron al
antiguo Imperio Amazónico de Paititi. En la vecindad del lugar donde
el indio piro hizo su descubrimiento, las leyendas se referían a una extraña
Puerta Perdida o Portal a un mundo antediluviano. (No es en realidad un
portal, sino la cara de piedra de un enorme acantilado cubierto de escritos
de los cuales las tribus decían que para ellos eran desconocidos, aunque
habían vivido en la zona centenares y centenares de años.).
El 10 de julio de 1957
descubrimos el legendario Portal o Roca de los Escritos en un
territorio desconocido sobre el Río Sinkibenia. Estábamos en las
proximidades de una tribu desconocida y salvaje, que nunca había visto antes
a hombres civilizados. No deseaban en modo alguno ponerse en contacto con el
mundo exterior del cual había oído relatos de los indios que los habían
visitado. La Abadía
proseguirá sus investigaciones en esta importante zona y cruzará el poblado
de esta tribu con el fin de llegar a
la Ciudad Perdida de Piedra. El pueblo de esa ciudad talló
las figuras y jeroglíficos sobre
la Roca de los Escritos.
Ese año, se hicieron muchos
dibujos y se tomaron fotografía de los miles de petroglifos que no son
toscas incisiones en la roca hechos por el hombre de piedra, sino genuinos
jeroglíficos de una raza altamente adelantada y antigua. Los glifos tienen
la forma de los Rollos Escritos de Atlantis y Mu, y son archivos del pueblo
que moraba en la
Ciudad Perdida de Piedra.
Están escritos en los
lenguajes más antiguos del mundo y cubren una superficie, en la cara del
acantilado de piedra, de unos treinta metros de longitud y tres metros de
altura. Muchos parecen vincularse con los glifos mayas y aztecas, y hasta se
trató de tallar un bajorrelieve con algunas de las figuras esculpidas.
La figura de un joven
tocado con un gran casco señala hacia el oeste. Creemos que señala la
dirección de la
Ciudad Perdida, cuyos científicos-sacerdotes registraron
importantes sucesos históricos en el gran acantilado de piedra. En los
Templos de Egipto se hallan registros similares. Otras tres rocas con
escritos fueron ubicadas y éstas serán estudiadas en el futuro en el curso
de otras expediciones. El Grupo Expedicionario regresó al Río Sinkibenia
en una balsa que tuvieron que construir ellos mismos, y completaron el resto
del viaje en canoas indias y a pie.
El hecho que los
jeroglíficos son escritos auténticos es un descubrimiento de la mayor
importancia en la América
del Sur, porque según lo que se cree los incas y los preincas no conocían
forma alguna de escritura. En
la Abadía, los estudiantes proseguirán sus investigaciones
de los glifos.
Además de este
descubrimientos, se reunió buena cantidad de leyendas de la poco conocida
tribu de los machiguiengas que vivían en esa zona. Esas leyendas se refieren
detalladamente a las catástrofes que tuvieron lugar en el mundo durante la
destrucción final de Lemuria y Atlantis. Esto ocurrió, claro está, en la
época en que la antigua Tiahuanaco se levantó desde el nivel del mar hasta
las desoladas altiplanicies, y los Andes surgieron. Era la época en que
Aramu-Muru sobrevolaba las furiosas aguas en su nave aérea en dirección
hacia la América
del Sur con los archivos y el Disco Solar de Oro de Mu. Grandes temblores se
sucedieron a todo lo largo del Continente sudamericano. Las ciudades que
estaban en la costa, como Tiahuanaco, fueron las que más sufrieron. Esos
centros de población costeros eran ciudades coloniales de Lemuria, mientras
que las Ciudades Perdidas de Piedra situadas más al este eran mucho más
antiguas, pues pertenecían al Imperio Amazónico, y no tenían nada que ver
con los planes de colonización de Lemuria. Estaban situadas en una zona que
sufrió menos daños y los edificios no se derrumbaron o lo hicieron sólo
parcialmente.
Otras leyendas de la tribu
de los Machiguencas se refieren a la época en que sus antepasados estaban en
comunicación con loas gentes del cielo, y el idioma machiguenga no es una
lengua de salvajes, y prueba que esa gente ha degenerado a su estado
presente debido a la destrucción del Imperio Amazónico. Sin embargo, si las
ciudades no fueron totalmente destruidas durante la catástrofe ¿por qué
degeneraron los indígenas? Se cree que los machiguengas y otras tribus no
gobernaban las ciudades, y que aquellos que las gobernaban eran hombres
blancos barbados. De hecho, corren rumores entre las tribus de la selva
que dichos hombres blancos ataviados con largas vestiduras siguen viviendo y
prosiguen con sus investigaciones en la capital Paititi que es
la Ciudad Perdida de las Treinta Ciudadelas, antigua más
allá de toda creencia cuando los primeros incas llegaron al Perú. Los
gobernantes del Imperio del Sol de las incas buscaron esa ciudad pero nunca
pudieron encontrarla. Los conquistadores españoles posteriores a Pizarro se
enfrentaron con la muerte en el desierto para saquear sus inmensos tesoros
de oro, plata y piedras preciosas. Fue mantenida oculta a los ojos de los
hombres codiciosos de oro, porque poseía un tesoro mucho más valioso que
cualquier metal amarillo o gema que adorna el cuello o el brazo de una
orgullosa y altiva hija del mundo.
En las torres de las
Ciudades Perdidas hay un resplandeciente cristal de blanca luz que brilla
eternamente. Este cristal, es indudablemente
la Luz Maxin de los antiguos y está relacionada con
el mismo poder que es utilizado hoy día por los visitantes del espacio en
los ovnis. Los misioneros que viven en el interior de
la América del Sur han dicho que ven a menudo naves
espaciales, y
la Confederación
del Espacio tiene una base gigantesca cerca de los restos de las Ciudades
Perdidas que existieron en magnificencia en una época en que sus
antepasados del espacio aterrizaron y establecieron comunicaciones con los
científicos-sacerdotes de las ciudades. Los Maestros del espacio
asistieron a los grandes cónclaves justo con los Maestros de
la Tierra, pues ¿no eran acaso una época en que los
hombres conversaban con los dioses? En nuestra generación los visitantes
interplanetarios han vuelto a visitar las ciudades.
Los Maestros Instructores
de los Retiros Interiores del Mundo, en cooperación con
la Jerarquía de
la Gran Hermandad Blanca, están ahora en comunicación con
los Maestros que llegan del Espacio del mismo modo que lo estuvieron otrora
en la época de gloria de Paititi. Debido a los rumores que corren
sobre los maestros blancos que aún hoy aparecen ataviados con largas
vestiduras en la selva, es muy probable que las Ciudades Perdidas sirvan de
Centros de Sabiduría.
Querido estudiante de Luz
¿no captas la visión que
la Jerarquía Celestial desea que conozcamos? ¿No alcanzas a
ver el futuro cuando los Hombres del Espacio y los Maestros de
la Tierra para guiar al Remanente que aún vive en este
planeta? Como las catástrofes fueron causa de que el Conocimiento Arcano
permaneciese escondido, harán ahora que el mismo Conocimiento sea revelado
otra vez a los hombres que padecen de hambre espiritual. Pero no temas esos
cambios que se producirán en el mundo. Sigue las palabras del Maestro
Kirpal Singh Ji Maharaj de Delhi, un santo viviente que aún lleva su
vestidura física:
No hay necesidad alguna de preocuparse. Cada uno de los Iniciados debe
aprender a elevarse por encima de la conciencia del cuerpo mediante
prácticas regulares de meditación. No habrás de hacer nada sino tomar
precauciones sensatas (en el caso de que sean necesarias) y dedicar tiempo
a la meditación y dejar todo lo demás al Poder Maestro que está por encima
de cada Iniciado y que extiende toda ayuda y protección posibles. Se
realizan esfuerzos para impedir la inminente catástrofe en los Círculos
Superiores. El Poder Maestro está por encima de los Iniciados y éstos no
tienen que tener temor alguno.
Hay ahora Estudiantes de
Luz que están trabajando y sirviendo al Centro de Iluminación del Nuevo
Mundo por donde el Aspecto Femenino del Rayo Permanente en
la Tierra. Siguen las sendas de las montañas y valles, y
andan a pie donde no hay sendas, conocen los ríos y los lagos, los
ventisqueros y los desiertos, son incansables como los Sirvientes de antaño,
empero tienen una misión moderna y es la de enseñar a un Nuevo Mundo. Es
preciso que presenten el verdadero mundo antiguo al actual de modo que el
mundo futuro que ahora se asoma en el horizonte como un sol de oro pueda
heredar el Divino Legado. Estos son, pues, los Hermanos de los Siete Rayos –
Los Esenios de los Andes
info@erks.org
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