La Conciencia de Auto-Observación se inicia y se experimenta a través de una profunda y sostenida "Atenta Observación" volcada hacia nosotros mismos. Se trata de enfocar toda nuestra “Atención”, hacia lo que "Pensamos", "Sentimos", "Decimos" y "Hacemos". Cuando todos estos aspectos pueden integrarse y permanecer alineados en sí mismos, se auto-constituyen en un profundo y revelador estado de conciencia y expresión que llamamos "Congruencia". En una primera etapa, de este importantísimo ejercicio de Auto-Observación volcado sobre sí mismo, tan sólo debemos "Observar Atentamente" lo que esté sucediendo, sin condenar ni justificar nada de lo Observado, solo se trata de aprender a Observarse.
A medida que se ejercita la "Atenta Observación", ésta ira produciendo gradualemnete, en su devenir, profundas expansiones en nuestra conciencia, como un resultado lógico y natural de haber comenzado a conocernos.
A través de la "Atenta Observación" podremos ver y comprender lo que sucede en nosotros mismos, cuando esto acontece, comenzaremos simplemente a modificar nuestras actitudes, naturalmente. Si aprendemos a conocernos, podremos entonces reconocer lo que no se ajusta a nuestros principios y valores fundamentales, para así luego modificar lo que consideramos como no alineado a nuestra realidad interior, cambiándolo, modificándolo y finalmente transformándolo.
Cuando la Auto-Observación se ha instalado en nuestro propio carácter y la hemos incorporado e integrado a nuestra realidad cotidiana, como algo totalmente natural, construiremos el hábito de estar verdaderamente atentos a nosotros mismos, es aquí donde podremos comenzar a modificar todas las acciones derivadas de las actitudes que no coinciden con lo que verdaderamente deseamos para nosotros mismos.
Una vez alcanzada e integrada en nuestra conciencia, la habilidad de Auto-Observarse, deviene finalmente en el despertar de nuestra conciencia al propósito personal y grupal.