He aquí, sean ustedes testigos del cambio.
Un cambio que comienza por uno mismo.
La transformación de cada individuo que asume su lugar ante un plan mayor.
La compasión de los cielos se ha de manifestar ante las almas que asuman su propia transformación, ante aquellos que acepten los desafíos de la vida sin claudicar y asuman su propio lugar interior, reconociendo que las dificultades de hoy, sembrarán las semillas de esperanza de aquella realidad que nos está esperando en el futuro…