Deseo compartir todo lo acontecido con todos aquellos que deseen informarse y conocer qué sucedió finalmente con nuestra “Primera Expedición más allá del Polo Norte al Interior de la Tierra”, organizada por el conocido explorador de Territorios Vírgenes: el señor Steve Currey.
Desde que nos conocimos con Steve Currey, mi posición dentro de la expedición siempre fue la del Contactado, y del Entrenador Espiritual, tal cual el propio Steve me había denominado.
Mientras se organizaba todo, yo debería mantenerme en absoluto silencio, especialmente con relación al grupo expedicionario, hasta que éste estuviese lo suficientemente afianzado y bien conformado. A su momento, podría ser revelada mi posición y mi trabajo, con el propósito de formar e informar internamente de todo lo que se considerase necesario.
Decidimos de esta manera, empezar a dar conferencias públicas y también reuniones privadas los dos juntos en la ciudad de Buenos Aires, Argentina.
Steve presentaba la expedición como organizador y yo como contactado. Paralelamente, él también me propuso de manera repentina y sorpresiva, que me encargara, si así lo consideraba, de ser el representante de la expedición en Latinoamérica y posteriormente en Francia ante el mundo, que por supuesto acepté y así lo hice.
De ahora en adelante, y con más recelo, debería guardar la máxima discreción posible, especialmente desde que comenzó el contacto físico con Mike y por supuesto, por sobre todo, en lo relacionado con Sakem…
La idea era que, cuando estuviera todo prácticamente listo, pocos meses antes de salir la expedición, Steve me presentaría al grupo expedicionario. Recién en esa instancia debería revelarles todo lo acontecido durante la promoción y preparación de nuestra expedición, dejando de manifiesto lo que ciertamente me había sucedido, que Steve conocía perfectamente, o sea el contacto con Mike y luego el revelador contacto con Sakem.
Por esto respeté con mi silencio la posición de Steve.
Por una cuestión de credibilidad y protección ante el mundo, hasta que todo estuviese listo en su fase organizativa, nadie debía saber nada. Y nadie lo supo. Solamente Steve hasta el momento de su partida del plano físico, sabía todo lo vinculado al proceso de contacto, primeramente con Mike, al cual conoció personalmente y posteriormente la importantísima clarificación de Sakem…
A raíz de todo este proceso de contacto y sugerido incluso por el mismo Steve, al conocer los detalles en forma directa, comenzamos a mantener correo codificado, para poder compartir en forma segura, privada y reservada, toda la información y formación autorizada y revelada por ELLOS, que aún conservo en sus archivos originales.
Debo compartir también que hay muchísimo más de lo que podemos imaginar por revelar en el futuro, pero sólo será dado a conocer cuando sea su tiempo y ello me sea autorizado.
Steve siempre me repetía desde el inicio de nuestra relación, que yo había sido elegido directamente por ELLOS, mucho antes de que todo esto se manifieste físicamente. Él siempre lo presintió así. Por eso alegaba que me había invitado en forma totalmente gratuita a la expedición, ya que veía, como él mismo lo decía, que era una pieza más del rompecabezas que simbolizaba la expedición misma y que éste se estaba comenzando a armar, en una forma totalmente sincrónica y natural. Me repetía que debía protegerme y desarrollar mi trabajo de contacto con ELLOS, en silencio y cuidadosamente, en forma discreta y serena, y no revelar nunca mi verdadero papel hasta llegado el momento preciso.
Lamentablemente mientras Steve estuvo entre nosotros, eso no sucedió.
Debo decir que varias veces le dije a Steve que estaba en desacuerdo con la modalidad de selección de los expedicionarios. Yo supe desde un principio, antes que me fuera dicho, que ELLOS no considerarían esta modalidad como el método correcto de selección del grupo expedicionario…
El dinero necesario para el pasaje, por ejemplo, no podía ser el único filtro. Y aunque Steve estaba totalmente convencido de lo que me había ocurrido e incluso siendo participe directo de todo lo acontecido, siempre argumentaba que si no cobrábamos el pasaje, no íbamos a poder financiar la expedición finalmente.
Se hacía más que obvio, que si alguien quería sabotear este viaje había que detener directamente a quien lo estaba liderando, y ese era Steve Currey, el Rey Arturo de nuestra expedición.
Sin duda y doy fe de ello, con pruebas tangibles en mi poder de lo que digo, que Steve sabía y conocía muchísimo más de lo que decía públicamente, ya que supuestamente en el momento clave, este libro debería estar listo y disponible, un breve lapso de tiempo antes, de cuando estuviese fechada la salida definitiva de nuestra expedición, para así dar a conocer todo lo que aquí Usted ha leído hasta el momento. Así lo habíamos planificado con él…