He aquí, sean ustedes testigos del cambio.

  

Un cambio que comienza por uno mismo.

  

La transformación de cada individuo que asume su lugar ante un plan mayor.

  

La compasión de los cielos se ha de manifestar ante las almas que asuman su propia transformación, ante aquellos que acepten los desafíos de la vida sin claudicar y asuman su propio lugar interior, reconociendo que las dificultades de hoy, sembrarán las semillas de esperanza de aquella realidad que nos está esperando en el futuro…

  

La comunión interna con lo divino nos abre las puertas para transitar un camino de transformación, de cambio, de amor y de conciencia…

  

Cuando despierta en nosotros la esencia del buscador, aflora la semilla de lo sagrado que se esconde internamente, observando el futuro y trabajando para acercarnos hacia nuestro potencial…

  

Un potencial que será la fuente de inspiración para abordar nuestra transformación con integridad, respeto y compromiso; cualidades que serán la plataforma para alcanzar conscientemente una realidad superior guiados por la voluntad del alma…

  

Una realidad donde los paradigmas caen ante el indiscutible peso de la verdad…

  

Una verdad oculta y escondida a la espera de nuestro despertar…

  

Aquel despertar que representa la tierra prometida que se vislumbra con el alcance de la libertad individual, cuando cada ser se reconozca a sí mismo, descubra su esencia, acepte su historia y asuma su potencial…

  

Hemos de despertar por el fuego del amor que nace en nuestro interior inspirando y motivando el cambio de lo meramente humano, para convertirlo en aquella condición celestial que representa el potencial de cada individuo…

  

Un fuego que quema, limpia y purifica las miserias que arden internamente, transformando nuestra visión y moldeando una nueva existencia ante un nuevo ser que está despertando…

  

Ser testigos del cambio, ser conscientes del mañana aceptando una verdad que a su debido tiempo será revelada, cuando los secretos milenarios de la humanidad puedan ser compartidos y comprendidos como resultado de su propia evolución…

  

Hemos de estar preparados para el cambio cuando la voluntad de los cielos se plasme conscientemente en nuestra realidad…

  

En la búsqueda de nuestra evolución compramos aquellas cadenas de oro que nos arraigaron a la realidad que hoy experimentamos…

  

Una realidad que sucumbe ante el peso que porta la espada de la verdad.

  

Aquella espada que sólo nos será entregada cuando nuestra alma posea la fortaleza para romper las cadenas de opresión a las cuales nosotros mismos hemos decidido aprisionarnos.

  

Esta espada romperá las cadenas de condena, de justificación, de ignorancia y de autoengaños dejando lugar a la manifestación auténtica de la verdad, que ha de transformar por completo nuestra existencia.

  

Cada paso dado, nos acerca un poco más a las puertas de un futuro anhelado…

  

Es nuestro desafío aprender a creer en él para materializar una realidad superior de conciencia, amor y hermandad.

  

Así se nos permitirá conocer el mundo angélico donde la evolución es alcanzada en términos de felicidad; donde la raíz del sufrimiento es erradicada y la plenitud se manifiesta ante nuestros ojos para continuar avanzando en nuestra propia transformación.

  

Así nacerá la verdadera hermandad, que solo puede expresarse conscientemente en términos de amor y servicio…

  

Esta es nuestra oportunidad y este es nuestro legado…

  

Despertar a la hermandad de las almas, aflorando en nuestro interior, cada dama y cada caballero que ha aprendido a respetar la esencia del otro, que ha decidido auto liberarse de su pasado y que ha comprendido que su propósito dictaminará la realidad que ha de vivir en el futuro…

  

Todos hemos de transitar un mismo camino, la comunión de las almas del mundo es nuestro sagrado destino…

  

Hermanados en la luz y el amor, sembrando las semillas que gestarán humanidades futuras que nacerán para continuar obrando conscientemente en la búsqueda eterna del despertar de la evolución de toda la humanidad con el propósito de alcanzar un sueño…

  

Un sueño, un futuro, aquel destino que nos está esperando…

  

Cuando la voluntad de los Grandes Maestros sea manifestada, cuando todos los discípulos acepten su lugar en el ejercicio del plan, cuando la esencia del creador se exprese en todos los corazones del mundo, cuando el amor se convierta en el lenguaje universal de los hombres, cuando califiquemos para estar ante la presencia de los maestros que han dado rumbo y destino a nuestra existencia, cuando seamos uno, cuando Shambhala sea finalmente, toda la Tierra…

  

Que así sea…

  

Lic. Karina N. Zullo